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Seguimiento a Infraestructura Comunitaria

Una de las columnas vertebral del Observatorio por el Derecho a la Ciudad es su trabajo en el territorio, articulado con las organizaciones sociales que allí habitan. Es en el territorio donde se verifica la acción del gobierno y son las personas que allí habitan quienes gozan o sufren sus resultados.

En este orden, el Observatorio, se propone junto al pueblo organizado, realizar los levantamientos que puedan ir generando la pregunta oportuna al interno de las organizaciones, en las asambleas barriales y de cara al gobierno central o municipal.

Dinámicas, como los murales del observatorio en la ciudad, el levantamiento de las fichas, las asambleas de validación y el seguimiento en las redes necesitan de la actividad de las organizaciones para ir levantando la información necesaria para dar seguimiento a la implementación presupuestaria sobre obras concretas. Esto supone un alto grado de participación ciudadana. En este caso la participación tiene como motivación el control o el monitoreo de la actividad de la administración pública, la cual está ligada al acceso a la información por parte de la ciudadanía.

Estas dinámicas, además de estar encaminadas a mejorar el ambiente democrático y a estimular la transparencia de la acción del poder ejecutivo y del gobierno municipal, tienen especial interés en potenciar la participación en el espacio público de las organizaciones y personas de un territorio, víctimas de un sistema donde la exclusión social es estructural. Partimos del supuesto de que la participación en el espacio público-político coincide con la verdadera expresión de la libertad humana.[1]

Como vemos, comprendemos que la participación es el modo de inserción del-la individuo-a en el espacio público. Esta concepción clásica de la participación nos lleva hacia escenarios donde la naturaleza política del ser humano requiere de ámbitos comunitarios desde donde pueda decidir sobre el rumbo social.

El monitoreo del Derecho a la Ciudad es una modalidad de participación que expresa la preocupación de una ciudadanía madura -o en proceso de conscienciación- por la implementación de políticas públicas o por la despreocupación Estatal. Aunque también expresa la visión de un magma social que pretende influir en la esfera pública, desde la que se deberían tomar las decisiones políticas. Esta visión, que supera la visión liberal-representativa nos lleva hacia una democracia donde la participación ciudadana es reconocida como elemento constituyente (fin y medio) de los procesos sociales y no como un elemento legitimador de la decisión política.

[1] “los orígenes del totalitarismo” Arendt, Hannah.